domingo, 11 de mayo de 2008

DESARROLLAN EN LA UNAM DISPOSITIVO PARA PERSONAS QUE SUFRIERON AMPUTACIÓN DE ALGUN MIEMBRO


· Se trata de un socket ajustable, donde se introduce el muñón para sujetar la prótesis y así estar en condiciones de una adecuada utilización

· El desarrollo, encabezado por el jefe del Departamento de Ingeniería Mecatrónica de la FI, Jesús Manuel Dorador, está en proceso de ser patentada ante el IMPI

· Posteriormente, se buscará que sea autoajustable, es decir, que se acople a las variaciones del volumen de la parte afectada

· El Instituto de Rehabilitación de Chicago, Estados Unidos, mostró interés por conocer los resultados de las pruebas con este modelo

Ante la necesidad de contar con un mecanismo que se adapte a los requerimientos de las personas que sufrieron alguna amputación de brazo o de pierna, integrantes de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM desarrollaron un dispositivo para sujetar las prótesis de ambas extremidades.

El equipo de trabajo, encabezado por el jefe del Departamento de Ingeniería Mecatrónica de la FI, Jesús Manuel Dorador González, elaboró un socket, donde se acomoda el muñón para fijar la prótesis y estar en condiciones de una adecuada utilización.

Con esta innovación, se logran aportaciones a los dispositivos similares del mercado, pues ya no se tendrán que hacer a la medida de la persona, sino que es posible ajustarlos a las variaciones del muñón; los componentes se pueden fabricar fácilmente sin necesidad de obtener un molde.

En México, destacó, no hay suficiente información sobre el número de individuos amputados. No obstante, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, en 2000 había en el país un millón 800 mil personas con alguna discapacidad, en donde el 45 por ciento (813 mil) era motriz, sin especificar el tipo: personas amputadas, biamputadas, paralíticas, semipléjicas y cuadrapléjicas, entre otras.

El sector salud tampoco tiene estadísticas del número de población con algún tipo de pérdida, pero sí hay muchas por la diabetes, los accidentes y el cáncer. El socket no sólo se utilizaría en el país, sino podría exportarse.

Por otro lado, mencionó que con el modelo ajustable se hizo una visita al Instituto de Rehabilitación de Chicago, Estados Unidos, donde se mostraron interesados en conocer los resultados. En cuanto se tengan, se les enviarán para que realicen algunos experimentos. “Se quiere establecer una colaboración interinstitucional para hacer más pruebas, porque allá, desafortunadamente, hay muchos pacientes y además recursos; así se podría validar el diseño en el ámbito internacional”.

Con este proyecto se busca obtener el prototipo en varias medidas. Por el momento, sólo se delineó una talla intermedia, pero el propósito es que se pueda ajustar a las dimensiones del miembro afectado, explicó Dorador.

Además, el diseño ya está en proceso de ser patentado; se acudió al Instituto Mexicano de la Protección Industrial (IMPI), para determinar si contaba con el contenido inventivo suficiente, informó.

Se han superado los primeros exámenes. Es un procedimiento largo y, por el momento, se considera en trámite mientras el IMPI concluye los estudios. No obstante, como ya está protegido bajo esa figura, es posible empezar a divulgar acerca de las ventajas del socket, añadió.

El académico universitario señaló que desde hace años trabajan en el esbozo de prótesis, sobre todo con las de un miembro superior, puesto que se fabrican menos que de pierna. “Es importante enseñarle a los alumnos el diseño mecatrónico, con la elaboración de dispositivos útiles para las personas que sufrieron alguna amputación”.

También, se encontró que los aparatos para las extremidades tienen problemas importantes en la interfase entre el muñón y el reemplazo. El socket fija a ambos para un correcto funcionamiento y sirve para brazo y pierna, detalló.

En el caso de los que se utilizan para pierna, cuando la persona está recién amputada los músculos comienzan a adelgazar, se empiezan a hacer más pequeños y llegan a estabilizarse en cierta dimensión después de un año del corte; es en ese momento cuando se hace la prótesis definitiva, comentó.

Sin embargo, si no se ejercita ni se acude a rehabilitación, continúa el adelgazamiento y contracción, y llega un momento en que la prótesis no se ajusta, expuso.

Por ello, abundó Dorador, se presentan varios problemas: si el instrumento no está a la medida del muñón tiene un caminar inseguro, la prótesis se vuelve incómoda y puede tener roces indebidos, sobre todo si la pérdida fue por diabetes, una de las causas más comunes.

Hoy, estos aditamentos se deben fabricar a la medida del muñón, es decir, es un proceso totalmente artesanal, donde las piezas se hacen para cada persona, lo que implica costos altos y mayor tiempo de elaboración. Empero, es posible realizar un socket que se puede ir ajustando a las variaciones del miembro afectado.

Si una persona atlética acude a rehabilitación y hace ejercicio, los músculos del muñón se conservan en sus medidas, refirió. Sin embargo, si se descuida, si sube o baja de peso, la prótesis ya no le funciona.

Por ello, en la FI se trabajó en el diseño de un socket que se pueda ajustar a estas variaciones volumétricas. De esa manera, se llegó a un modelo que permite la sujeción, por medio de bolsas inflables, que son intercambiables, es decir, si con el paso del tiempo se deteriora por el uso, simplemente se compra una nueva, acotó.

En la actualidad, un alumno de maestría de la Facultad propuso la instrumentación del prototipo, de tal forma que se pueda comprobar su funcionamiento, que las bolsas inflables realicen su labor sin causar daños, y que hagan una presión adecuada. Para ello, se empieza a fabricar, después de este modelo, el primer ejemplar de pruebas para instrumentarlo y comprobar que funcione, reveló.

La próxima etapa es hacerlo autoajustable, es decir, que sólo se acople a las variaciones diarias del volumen del muñón, porque en el día también cambia sus dimensiones, adelantó.

A finales de este año, se deben tener los resultados de las primeras pruebas con personas amputadas para ver el funcionamiento de las bolsas del sistema de ajuste. Para finales del 2009 y principios del 2010 debe estar listo uno autoajustable. “Una vez que se tengan las primeras pruebas, se empezaría a hacer el licenciamiento de la tecnología por parte de la UNAM a protesistas, para que comiencen a utilizar estos sockets”, concluyó.

Créditos: Universidad Nacional Autónoma de México (www.unam.mx)

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